Cofradía de Caballeros del Santo Entierro - Ferrol








 

  

    La historia de la parroquia de San Julián comienza en una iglesia anterior a la actual, que existía en el S. XI, desde luego antes de 1087, pero de la que hasta ahora se desconoce la fecha de su fundación.

    La devoción a S. Julián tiene una serie de peculiaridades derivadas en buena parte de la existencia de diferentes santos con ese nombre. Se trata aquí de San Julián, el esposo de Sta. Basilisa cuyo culto fue frecuente en el reino astur a partir del S. VIII. Su nombre está presente tanto en la toponimia (Santillana, Santullano) como en las advocaciones de iglesias y monasterios. El rey Fruela I fundó un templo dedicado a San Julián y Sta. Basilisa en Sanios y Alfonso II les dedicó la iglesia de San Julián de los Prados.

    No está claro si desde el comienzo de la parroquia de San Julián se daba culto precisamente a este santo. La duda se plantea porque en la documentación no aparece mencionada Sta. Basilisa y porque en el S. XVIII hay protestas por el aspecto y ropas de San Julián ya que los feligreses dicen que no es el mismo.

    Es interesante también tener en cuenta que ese nombre es muy frecuente en nuestro entorno (S. Julián de Narón, S. Julián de Mugardos, S. Julián de Lamas). Por lo que respecta a la iglesia de San Julián de Ferrol es en su origen la única parroquial de la villa de Ferrol y así será hasta el año 1888.

    De aquel antiguo edificio tenemos alguna información ya que se menciona que el cuerpo de la iglesia tenía artesonado1. No se pueden hacer afirmaciones definitivas pero da la impresión de que tenía una sola nave y el dibujo que hizo Sánchez Bort de su perfil no contradice esta idea ya que no presenta huellas de una división interna. En varios documentos se dice que era grande, espaciosa y alta. También se menciona que tenía arcos, bóvedas y estribos sin decir de que tipo de bóvedas se trata. Podría referirse a la de cañón, pero en algún momento la manera de referirse a las últimas dovelas que sirven de cierre a la bóveda parece dar a entender que podría tratarse de una crucería. En un plano de 1639 de la ría2 y de los pueblos del entorno se ve Ferrol con cierto detalle que permite ver el convento de San Francisco con su iglesia y claustro. En ese mismo plano también se ve la iglesia de San Julián con una torre que sobresale sobre la cubierta. No está a los pies sino que parece destacar desde el crucero. Otro plano de 1735 permite ver una apro­ximación bastante correcta de como era el convento y también algo de la iglesia, al menos su torre que sobresale en dos alturas sobre la cubierta y no parece estar a los pies de la iglesia. Tiene un cuerpo saliente que es la capilla de la Trinidad. En el lado norte debía estar la del Rosario porque fue un espacio seguro durante el comienzo de las obras y por tanto es de suponer que estaba en el lado más alejado del foso. En la iglesia actual ambas capillas están situadas con la misma orientación: en el lado norte el Rosario y en el sur la Trinidad.

    La de la Santísima Trinidad tenía verja inde­pendiente que la separaba de las otras, tenía sacristía propia y en ella se enterraban los miembros de la familia Bermúdez, para lo cual disponían de enterramientos en cuyas lápidas estaban talladas las armas de la casa.

    La situación de la iglesia era casi al borde del mar muy cerca del antiguo muelle de la Cruz, ocupando parcialmente lo que actualmente es carretera de circunvalación. Los trabajos de recuperación del foso pueden proporcionar información y restos de esta iglesia. El muelle de Coruxeiras era entonces una ribera con ese nombre.

    En el año 1750 era tal la intensidad de los barrenos que se practicaban para abrir el foso (cuya construcción se iba aproximando a la iglesia, por donde hoy pasa la mencionada carretera a la altura del edificio de la sala de Armas) que comenzaron a dañar el atrio de la vieja iglesia, que suponemos orientado hacia el sur3. En 1754 se hace el proyecto de la Puerta del Parque y en 1755 el foso estaba ya en las inmediaciones de la iglesia. Tenía 8 varas de alto (más de 6'5 m) e iba a pasar por un ángulo de la iglesia cortándola 3 varas en la capilla de la Santísima Trinidad, 5 en el estribo y 20 a lo largo. Los barrenos provocan la caída de grandes piedras sobre la cubierta y la apertura de grietas.

   A raíz de un desprendimiento ocurrido el 8 de septiembre de 1757 la primera medida que se toma es no utilizar la capilla mayor por lo cual el culto pasa a tener lugar en la capilla del Rosario. El 15 de diciembre se le encarga a Julián Sánchez Bort y a Pedro Ignacio de Lizardi que investiguen la situación real de la iglesia. En efecto, el día 18 informan de su pésimo estado.

    Después de algunos momentos de riesgo recogidos en la documentación, los fieles se retraen de entrar en el ruinoso edificio y por ello se deja de utilizar esta capilla que estaba dentro del templo y las fiestas y actos litúrgicos pasan a celebrarse en una capilla dedicada a San Roque, extramuros de la villa que, a pesar de su pequeñez (17 varas de largo por 7 de ancho), era de gran importancia para la villa por la devoción a este santo. En su campo tenían lugar desde tiempo inmemorial las asambleas de vecinos4. También era importante su fuente que en su traza de 1784 conservamos adosada a una pared frente a la V O Tercera.

    Por tanto, en el año 1757 la situación es de grave deterioro que coincide en el tiempo con la imposibilidad de valerse de la iglesia de San Francisco que se hallaba en obras para levantar el edificio actual, del que se mantuvieron los claustro5.

    El 25 de marzo de 1761 es aprobado el proyecto de Llobet para la nueva población con dos plazas. Este proyecto es retocado por Jorge Juan en 1762 y en 1765 por Sánchez Bort que lo plantea con una sola plaza. Esta idea es rechazada y se realizan dos plazas.

    No era cuestión de desequilibrar el planteamiento de la Magdalena instalando en una de dichas plazas el edificio parroquial aunque cabía la posibilidad de colocarlo en una de las calles que delimitan estas plazas, como después se llevó a cabo con las iglesias del Carmen y de Dolores.

    Se estaba decidiendo cual iba a ser el emplazamiento de la nueva iglesia y se pide que se elija un solar adecuado. El intendente marqués de Monteverde defiende que sea en las inmediaciones de Esteiro. Sánchez Bort plantea su actual ubicación que es aceptada porque la existencia de un cenagal en la zona, hoy ocupada por el cantón, obligaría a alejarla demasiado de la nueva población.

    La villa se llenó de obras y de personas. Llegaron tropas y operarios para los arsenales y también los comerciantes necesarios para el abastecimiento de tanta gente. En lo que se refiere a la actividad constructiva todo va a ser parte de un conjunto armónico que va a ir surgiendo en la década de los sesenta y setenta, tanto en el recinto interior en las construcciones planteadas por Sánchez Bort y Vergel como en las nuevas edificaciones del exterior y entre ellas la que sería la nueva iglesia de San Julián obra también de Sánchez Bort.

    Buena parte de la iglesia antigua se derrumba la noche de un día de San Julián6: el 7 de enero de 1762 . Es el fin de la vieja iglesia. El proyecto de la nueva iglesia es de 20 de julio de 1763 que es aprobado después de algunas modificaciones el 26 de febrero de 1765. Por entonces en las inmediaciones del hospital de la Magdalena se fueron instalando tropas en barracones y en ese mismo año 1765 El Director de las Reales Obras, Sánchez Bort, proyecta el Arsenal de los Diques, la Puerta del Dique y el edificio de la Teneduría.

La Parroquia y la Semana Santa

    A lo largo de los siglos fueron naciendo cofradías vinculadas a la iglesia parroquial que era sede de varias de ellas y que fue el núcleo del que se fueron independizando al fundar capillas que luego en muchos casos se convirtieron en parroquias.

    La cofradía es un tipo de asociación que se desarrolla en la Edad Media bien ligada a actividades artesanales, bien dedicada a actividades de tipo penitencial y experimentaron un gran empuje a partir del concilio de Trento, con la Contrarreforma a finales del S. XVI.

    En Ferrol sabemos que existían desde antiguo y que su existencia condicionó la pervivencia de las anteriores advocaciones cuando se construyó el actual edificio, pues la substitución de las tradicionales devociones por otras nuevas hubiese sido inaceptable para los feligreses. La documentación prueba continuamente que la iglesia parroquial es la matriz de la que saldrán las imágenes y cofradías:
    "Sabe el declarante que la fabrica, (de la iglesia) cofradía de San José, San Antonio, Nuestra Sra. del Socorro, Na Sra de los Dolores, Obra pía de la del Rosario, la del Santísimo Cristo de los Navegantes, todas de la única parroquial iglesia de S Julián, única de esta dicha villa, ni menos las capillas de S. Amaro y la de la Santísima Trinidad de ella..."

    Las actividades de la iglesia y las de las cofradías va a confluir con las actitudes de la orden franciscana que desarrolló la Semana Santa, sin duda porque los franciscanos estuvieron muy vinculados al culto a la Pasión y eran los guardianes del Santo Sepulcro.

    El vínculo franciscano con la Semana Santa arranca desde la peregrinación de S. Francisco a Tierra Santa en 1219, donde obtuvo permiso del sultán Melek el Kamel para que se pudiera instalar la comunidad en Palestina y pudiese visitar el Santo Sepulcro7. En 1333 los reyes de Nápoles consiguen que se les ceda a los franciscanos el derecho de permanencia, culto y uso de los santuarios de Jerusalén. Bastan estas pinceladas para comprender que la orden "Seráfica" de San Francisco potenció la Semana Santa y rivalizó en sus prédicas con la orden llamada de "Predicadores" que eran los dominicos.

    En el convento de San Francisco en Ferrol podemos incluir a la Venerable Orden Tercera de San Francisco cuya capilla se erigió anexa a la iglesia conventual entre 1763 y 1765 o 1766 según diseño de Pedro Lizardi. Se hizo cargo de la imagen del Sto. Cristo del Buen Viaje, porque estaba en sus inmediaciones, en un antiguo oratorio en la muralla de Ferrol Vello, del que tenemos noticias de que era abovedado pues hay datos del año 1733 que recogen que se repara su bóveda y que para ello es necesario cimbrarla.

    En el convento de San Francisco hubo dos cofradías que reflejan enormemente las prioridades en dicha orden: la Purísima Concepción y la Vera Cruz, que ya había desaparecido en el S. XVIII.

    También al sur de la ría y en el entorno había franciscanos: en Montefaro, A Coruña y Vivero. Esto ayuda a entender que propiciaran enormemente la Semana Santa y que, casi en términos absolutos, fuesen los franciscanos de estos tres conventos, junto con el de Ferrol, los predicadores de los sermones de Cuaresma y Semana Santa.

    La iglesia parroquial también fue un elemento muy importante en las actividades pasionistas y sus cofradías constituyen su elemento fundamental. Hubo siempre una cierta relación entre la iglesia parroquial y los franciscanos en función de dos acontecimientos importantes para los ferrolanos: el voto de Chanteiro y las actividades relacionadas con la Semana Santa.

    Había también una pequeña capilla (ya mencionada) fuera de la iglesia, llamada de San Roque, cuya cofradía pertenecía a la iglesia parroquial. Por eso después de trasladar el Santísimo a la capilla del Rosario y comprobarse la total inseguridad del edificio, se trasladó a la de San Roque, que hizo las veces de parroquia. Pues bien: esta capilla tuvo a su cargo la Sta. Cena. Se trataba de una representación del Cenáculo que se exponía y era visitable. En torno a una mesa con alimentos se encontraban Cristo y los apóstoles.

    Cuando se va a construir la nueva iglesia se considera necesaria la participación de las cofradías para abordar la financiación.

    La cofradía de Na Sra. del Socorro tenía unos fondos de más de 40.000 rs de vellón y había buscado sitio para fabricar capilla separada de la iglesia parroquial, y la autoridad no se lo quiere consentir. Se dice que lo mismo ha de ejecutar la congregación de María Santísima de los Dolores con sus 14.000 rs de fondo.'También se desea que las cofradías de Na Sra. del Rosario y su obra pía, la cofradía de San José, San Antonio y Santísimo Cristo de los Navegantes refundan  parte de sus ingresos en la parroquia.

    La cofradía de S José estaba dentro de la iglesia y de ella sabemos que no disponía de bienes anteriores a 1737 cuando se da orden de informar sobre los que poseen las instituciones religiosas (8).

    Hay otra cofradía (insuficientemente documentada) que es la del Santísimo Sacramento. Comprendía a todos los vecinos y su patrono era el Ayuntamiento. Debió desarrollar fundamentalmente los actos del Corpus Cristi. Aparece por ejemplo en un documento de 1746 "...los conocidos agravios que se pretenden hazer ala Casa y Guerta que lleva por foro de estas villa de que es patrona propia del Santísimo Sacramento incluso en la Parroquia de ella de que son cofrades todos los vecinos de dicha Villa …”.

    La mencionada orden de informar sobre los bienes de las instituciones eclesiásticas permite conocer que la Obra pía del Rosario poseía bienes anteriores a 1737. Sobre su origen hay que partir de que en general ésta era una advocación liga da a los dominicos. Aunque no hubo dominicos en Ferrol hay un hecho que conviene conocer por si tuviera una relación, hasta hoy desconocida, con esta advocación y es que la familia de los marqueses de San Saturnino (rama descendiente de los Andrade muy importante en Ferrol) siempre fundaron y protegieron conventos franciscanos y dominicos y de hecho a ellos se debió la existencia de dominicos en el convento de San Saturnino. Es posible que una antigua Hermandad vinculada a esta advocación hubiese nacido precisamente en relación con dicha casa. Lo cierto es que desapareció para reaparecer en el S. XVIII a partir de una hermandad o cofradía del puerto de Sada. El hecho se produce a raíz del traslado a Ferrol de los individuos de las Reales Fábricas de lonas y jarcias en 1772. Ellos consiguen una bula para restaurar dicha hermandad.

    La capilla anexa a la iglesia, de La Trinidad, nace vinculada a una cofradía fundada por vecinos de Ferrol de los cuales pasó a la familia Bermúdez por una escritura de 3 de octubre de 1588 en el que le ceden los derechos a D. Juan Yáñez de Leiro y Deza canónigo doctoral de la catedral de Santiago que por su testamento fundó el mayorazgo y casa de Bermúdez. Contaba con bienes raíces anteriores a la orden de 1737.

    Otra muy importante cofradía era la de Ánimas, fundada por los vecinos de Ferrol en 8 de enero de 1690 pero no tiene un culto procesional ni pasionista sino en función de las almas del purgatorio y el día de Difuntos. A ella le pertenecía el peto de ánimas que se conserva en la iglesia actual.

    En un oratorio al pie de la iglesia antigua estaba el Sto. Cristo de los Navegantes. No tenía bienes anteriores a la orden de informar sobre ellos en 1737. Cuando la vieja iglesia se destruyó, el asentista Luis de Atocha no consiguió encontrarlo para quedárselo. Actualmente está en la iglesia del Socorro.

    La cofradía de Nª .  Señora de los Dolores poseía bienes. Su imagen estaba en la iglesia parroquial en el oratorio del Sto. Cristo de los Navegantes. El 6 de diciembre de 1750 fue fundada la Orden Tercera Servita en la iglesia parroquial de S Julián, que obtuvo la correspondiente licencia. Sus constituciones fueron aprobadas en 1752. En 1771 piden que Sánchez Bort les señale un terreno para edificar y el edificio se termi­na el 1780.

    También la hermandad de Nª . Sra. del Socorro poseía bienes. Pertenecía a la iglesia parroquial y antes estaba en el oratorio de la puerta del castro. Los vecinos de Ferrol Vello se juntan y hacen hermandad el 2 de febrero de 1757. Es aprobada por el obispo en marzo y colocan la primera piedra de una capilla el 1 de enero de 1767.

    Por lo que respecta a Nª.  Sra. de Las Angustias era una imagen que se veneraba en otra capilla perteneciente a la parroquia: la de San Amaro en la aldea de Recimil.

    Una junta de vecinos fue la organizadora de la hermandad, que nace en abril de 1780. Comienzan a construir la capilla a partir de 1781 en un terreno cedido por D. José Mª Bermúdez, donde está el actual santuario, que se dice de Esteiro. Sobre esta discusión hay que decir que Esteiro era la parte de la pendiente hacia el mar, en el "estuario" a la que se llamaba monte de Esteiro, mientras que la aldea de Recimil era aldea, esto es, un núcleo de población con su capilla de San Amaro. Se asentaba en parte de lo que hoy es barrio de Recimil y parte del barrio de Esteiro. Conviene mantener ambos topónimos sin falsear su historia.

    Entre los actos del Jueves Santo destaca la visita a la iglesia en la que se instalaba el monumento. En el S. XVIII se encargó uno nuevo portátil a Carlos do Porto, del que se conserva una minuciosa descripción. Entre otras obras este escultor realizó el retablo de la Orden Tercera y el escudo de la fuente de S. Roque.

    Ese mismo día se iba a visitar el cenáculo de la capilla de San Roque y tenía lugar una procesión en la cual, entre otros pasos estaba el de la Oración del Huerto (perteneciente a la cofradía de San José) que en el año 1796 estaba muy deteriorado. Se dice que hay que reparar las andas y las imágenes. Este paso, el de Los Azotes y el de La Cruz a cuestas se guardaban en el coro de la iglesia parroquial. Sobre el año 1796-1797 las hermandades están tan pobres que no pueden abordar los gastos de reparación de los pasos, ni siquiera de iluminarlos en condiciones. Se dice de éste que sólo podrá llevar dos hachas o cuatro. Por eso los textos recogen la idea de que los gas­tos deben correr a cargo de la villa. Otra idea que aparece es que no son recuperables, por lo que habría que quemarlos o enterrarlos.

    En el mismo estado se encontraba el paso de Los Azotes, de la cofradía de San Antonio, que por entonces necesitaba retocar las caras de los judíos y hacer una corona de espinas. Se trataba de un paso que, por tanto, tenía al menos tres personajes.

    El Viernes Santo era un día fundamental. Hay que mencionar el hecho de que Ferrol tenía su Semana Santa antes del S. XVIII y por lo tanto el recorrido procesional se desarrollaba en Ferrol Vello ya que no existía el barrio de la Magdalena. Por tradición se mantendrán los recorridos tiempo después de que haya nacido la nueva población. De hecho se producen protestas cuando se realizan cambios en los recorridos.

    En la plaza pública tenía lugar el Encuentro, que incluía un sermón. Otro sermón importante tenía lugar ese día. Se trataba del de la muerte de Cristo: el Sermón de las Siete Palabras. Para estos sermones eran contratados como predicadores padres franciscanos de cualquiera de los conventos del entorno, hasta Vivero o A Coruña. Cada año se hacía un contrato con un solo predicador para todos los sermones de la Cuaresma. No sabemos quien organizaba estos actos antes del S. XVIII, tal vez la V. O. Tercera, pero lo que sabemos es que la parroquia participaba intensamente y a ella pertenecía un pulpito portátil que se llevaba a la plaza pública para el sermón del Encuentro. También se llevaban hasta la plaza algunos asientos del Ayuntamiento, se supone que para las autoridades.

    A partir del S. XVIII y del momento en que el Alcalde sea el Auditor de Marina nos encontraremos que es el Ayuntamiento quien contrata al predicador y se encarga de los actos, aunque la parroquia de S. Julián tiene un gran protagonismo. Conviene insistir en que el Gobierno, a través de la Marina, y luego a través de una Junta de arbitrios del Ayuntamiento, se había arrogado una serie de poderes a partir del momento en que destruye la vieja iglesia. Recuérdese que no indemniza sino que se encarga de la construcción de una nueva sin financiarla porque, aunque da a entender que lo hace, lo cierto es que se financia fundamentalmente a partir de un arbitrio —impuesto— sobre el vino y que por tanto es pagado por el pueblo y los transeúntes que lo consumen.

    El poder lo toma el Ayuntamiento como derivado de la relación con Marina a través de los alcaldes y de la Junta de Arbitrios que está formada por "individuos de ayuntamiento" y es la que gestiona y controla la obra.

    El mismo viernes, después del sermón de las siete palabras y la muerte de Cristo, tenía lugar el Descendimiento llamado el Desenclavo. En este acto se quitaban los clavos al Crucificado articulado de la parroquia de San Julián que se encuentra actualmente en un oratorio en las inmediaciones del baptisterio de la iglesia. A continuación se extendían sus brazos a lo largo del cuerpo y se desenclavaban los pies, para disponer su entierro. Pero el entierro no se escenificaba.

    En la mitad del S. XX aparece la cofradía del Santo Entierro vinculada a la iglesia de San Julián. Su origen hay que buscarlo en la tradición pasionista y muy especialmente en las celebraciones del Viernes Santo anteriores al S. XVIII. Es un desarrollo a partir del Desenclavo y evidentemente responde también a la influencia de celebraciones de Semana Santa de otros lugares que ya tenían esta procesión.

    La tradición de figuras articuladas viene de la Edad Media. Podemos citar la del apóstol Santiago que podía nombrar caballeros a los reyes, que es una imagen que se encuentra en una capilla del monasterio de las Huelgas de Burgos. Lo cierto es que en cualquier museo de iconografía medieval hay crucificados que tienen los brazos con un corte y un mecanismo en la zona en que se unen al hombro. También la literatura alude a imágenes articuladas como el Cristo que jura en la obra de Zorrilla "A buen juez mejor testigo".

    Las procesiones del Ferrol contemporáneo son resultado de la confluencia de tres elementos: las procesiones antiguas de la villa, los actos litúrgicos de la Semana Santa y los cambios derivados de ser capital de un departamento marítimo con astilleros y arsenales que traen influencias de los otros departamentos marítimos.

    La Semana Santa en la antigua villa de Ferrol (hoy Ferrol Vello) se celebraba con toda probabilidad de un modo bastante similar a la actual celebración de la Semana Santa de Vivero.

La nueva Iglesia

    No es posible aislar el edificio parroquial, ni su emplazamiento del conjunto de ideas a las que responde el Ferrol del S XVIII.

    El marino Jorge Juan conoció en América las reducciones jesuíticas que habían despertado el entusiasmo de Voltaire y de Montesquieu y que expresado metafóricamente (y haciendo una simplificación que habría que matizar y ampliar) son un puente que viene desde el urbanismo griego y las ideas de Platón (La República ) pasando por las fundaciones de ciudades del Imperio Romano al estilo de la Roma cuadrata, que llega al Renacimiento con figuras como el filósofo dominico italiano Campanella con su obra "La ciudad del sol" y el canciller Tomás Moro con su "Utopía". Ese puente atraviesa hasta los conceptos urbanísticos de las ciudades de la ilustración, continúa por los falangsterios utópicos, para concluir reducido a planteamiento urbanístico en los ensanches del S. XX. La Ilustración trata de desarrollar la Ciudad Ideal desde el punto de vista racional. Pero en el planteamiento ex novo de una población (como es la Magdalena) el edificio parroquial sigue siendo una pieza fundamental. Todo el conjunto está en la órbita de la escuela de Matemáticas de Barcelona, la Academia de Bellas Artes de San Fernando y el gusto de la época.

    Se elige para el nuevo templo la base de la nueva población, que se configura como espacio de paseo que funciona como un glacis frente al foso que separa a la población de las instalaciones militares, pero que a la vez es nexo de unión entre grupos de población muy diferentes tanto desde el punto de vista de la actividad laboral como de la posición social y económica. La franja sur constituye, junto con la alameda, un colchón que delimita los espacios de Ferrol Viejo (la Magdalena), Esteiro en sentido longitudinal y, en sentido transversal, las instalaciones de Marina (paseo iglesia) calles con edificios. De acuerdo con el plano de la nueva población se establece que en el centro de su base o lado sur, y en las manzanas centrales con respecto a las dos plazas, serán construidas la iglesia de San Julián hacia el oeste y la contaduría de Marina hacia el este. La contaduría no se llegó a construir.

    Se ha dicho que uno de los primeros y principales problemas es el de la financiación. Comienza la investigación sobre el patronato 9 y las obligaciones de los patronos de las iglesias y capillas respecto a reformas y reedificación de iglesia, en qué supuestos y con cuánto alcance han de colaborar 10. Sobre todo ello se cruzan escritos entre las autoridades, el cura y la casa de Lemos (H).

    Otras posibilidades de financiación son: una parte de los diezmos de la iglesia, los materiales de la antigua, los bienes de las cofradías, la participación de todos (incluso los que vienen en los navíos) y la ayuda del rey. Con respecto a los ingresos de la iglesia en concepto de diezmos la estimación es que el cura cobra un tercio y que equivale a 1200 reales de vellón al año. Se entiende que sin una medida extraordinaria no será posible y por eso se solicita que la obra se efectúe de cuenta del real erario. En los documentos se alude a esta ayuda como "...la clemencia de SM" y se dice que la ayuda también vendrá de los pagamentos (incluso los de las naves), de los feligreses, de la parte de la Marina que reside aquí y de los restos de la iglesia.

    Por lo que respecta a las cofradías éstas tenían bienes pero su objetivo era tener capilla propia dentro o fuera de la iglesia. Al comenzar la obra de San Julián se decidió crear capilla dentro a aquellas cofradías ya existentes que participasen con sus bienes en la edificación "...sin omitir el procurar que varias Cofradías o Hermandades tomen a su cargo costear algunas Capillas..." En este sentido en 17 de marzo de 1765 "...También convienen que no se edifiquen capillas fuera de la iglesia sino dentro y que las cofradías o hermandades contribuyan y lo mismo el patrono y otro cualquiera que reclame capilla i altar..."

    Antes de ser aprobado el proyecto definitivo de Sánchez Bort, se realizan varias modificaciones como por ejemplo aumentar a tres el número de puertas, hacer menos molduras y dar 4 varas menos de altura en relación a lo que le correspondería según el canon. En este caso, al igual que en las obras de fortificación que se realizaban, está presente la preocupación por la medida exacta, a la que se le introducen variantes para efectuar un ahorro de material, pero tratando de aparentar la proporción exacta. Es el efecto óptico, el trompe l'oeil utilizado ya desde los griegos. En este caso responde a una motivación económica, pero sabe hacerlo y así consigue presentar un presupuesto de 900.000 reales de vellón. De ellos se calculaba que 820.000 corresponderían al edificio y 80.000 serían para los altares, el órgano etc.

    Para la financiación se consiguen dos lanchones semanales: uno de sillería y otro de manipostería del rey (que dejaron de suministrarse al poco tiempo), el uso de herramientas y materiales necesarios como picos, jarcias y maderas, una pequeña concesión de diezmos de los condes de Lemos. La verdadera fuente de financiación viene por otro camino: se convocan dos asambleas para decidir el modo de aportar fondos y cual es la cantidad de la aportación. Después de controversias se llega a proponer y es aceptado por el rey que lo principal de la financiación sea un impuesto de 4 maravedís en azumbre de vino y rechaza similares medidas en el aguardiente y en el tabaco. El arbitrio es creado por Real orden de 16 de abril de 1765.

    Se comienza con los asentistas de las Reales Obras (Cester y Cía) pero se acaba haciendo una subasta para rematar el asiento. En unos folios que contienen un pliego de condiciones de julio de 1765 se excluye del presupuesto de la obra la arboleda (que ya estaba proyectada) y se incluye la calzada que ha de circundar la parroquia.

    Más tarde se hace el asiento y gana el remate Pascual de Soto con Luis de Atocha como fiador. Al poco tiempo cesa Pascual de Soto como asentista y pasa a serlo Luis de Atocha. El presupuesto final tras la subasta quedó en 632.000 reales de vellón.

    Todo se somete a debate y por tanto además del emplazamiento se discute la orientación del templo y triunfa la opción acorde con el criterio más general a lo largo de la historia: La capilla mayor hacia oriente y la fachada hacia occidente.

    Para la organización de compras de materiales, contratos y salarios y cuentas y gastos en general se decide crear una junta de arbitrios integrada por individuos de Ayuntamiento, que no actúan como dueños (que no lo son) sino como gestores o administradores y que también controlan la calidad.

    El Real erario hace un anticipo de 200.000 reales para poder comenzar. En principio se compra el solar, que era de Ma Antonia de Ledo, aforado al priorato de S. Martiño de Jubia a quien pertenecían muchas tierras en las proximidades de la villa 12.

    Luego se prepara el terreno, se le aplana y luego comienzan a hacer los cimientos. Ya en ellos comienza un aumento del gasto pues se encuentran que han de hacerlos mayores de lo que habían estimado antes de abrir las zanjas.

    Uno de los objetivos que persigue el diseño de la planta es que los actos que se desarrollen en las capillas puedan ser seguidos prácticamente desde cualquier lugar de la iglesia. Es una idea muy alejada conceptualmente de las obras eclesiásticas de aquellos años, muy vinculadas aún al arte barroco. Como es lógico hubo que hacer obras a lo largo de los años y precisamente uno de los problemas más difíciles ha sido generado por la planta ya que la lluvia cayendo a velocidad desde el cimborrio provocaba continuamente el deterioro de la cubierta y las goteras en el interior del edificio.

    La primera piedra se colocó el 6 de julio de 1765. Se efectúa una inauguración parcial de la iglesia el día del Corpus de 1772. Un escrito de 18 de junio de 1781 manifiesta una necesidad y urgencia de que finalice totalmente su construcción y en efecto se termina entre 1782 y 1783 13.

Notas

1  AGS Leg 204 Sección Marina C
2  2AGSMPyD LXII-4
3  ADM C Documentación Parroquial Ferrol. S. Julián. Sección Secretaría
4   AVM Leg 13820 C 1 Construcción Iglesia de San Julián
5   AGS Leg 204. Sección Marina
6   AMF Igrexas e Cápelas C P23, N°l c 2.4.6.
7   Museo de Tierra Santa. Santiago de Compostela. Consellería de Cultura e Xuventude. Xunta de Galicia.
8   AMF C919aN°2 2.4.6.
9   AVM Leg 13810 C 1
10  AMF C 498 Autos Acordados. Libro de Fábrica de S. Julián 1765
11  AMF C 923 c N° 1  2.4.6. / AS Leg 204 Sección Marina C2.
12  AMF Igrexas e Cápelas C 918 2.4.8.7. 1674-1806
13   Para explicación desde el punto de vista artístico  consultar el último número de Cuadernos del Ateneo: "Arquitectura da Ilustración. A igrexa de San Xiao e outras igrexas de Ferrol". Sánchez Yáñez M.

Para mayor información y explicación de la simbología "Estudios Mindonienses" n° 18. 2002.
"La concatedral de S. Julián" pág 891-977. Sánchez Yáñez, M.

(Artículo Publicado en la Revista Ecce Homo por la Historiadora
Dª. Margarita Sánchez Yáñez
)

 

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